domingo, 25 de abril de 2010

viernes, 9 de abril de 2010

"Señor Evans, ¿qué opina usted de la Polaroid?"

- "Compré la Polaroid SX-70 en 1974, esa cosa, sí, como si fuera un juguete, y me lo he tomado como un desafío. Era un artilugio, pero decidí que debería de ser capaz de hacer algo serio. Después de todo, me estoy haciendo mayor, y no creo que nadie deba tocar una Polaroid hasta que haya cumplido sesenta años. Primero hay que hacer todo ese otro trabajo" (refiriéndose a su carrera).
Para un fotógrafo con una salud cada vez mas delicada, la Polaroid ofrecía una especie de gratificación fotográfica inmediata, pues gracias a ella se suprimía por completo el duro trabajo del cuarto oscuro. En las Polaroids de Walker Evans, se muestra la temática que le había obsesionado toda su carrera: las expresiones gráficas de una sociedad que se había vuelto insensible a las múltiples representaciones que conformaban su experiencia cotidiana. Muchos seguirán instintivamente la dirección que indica la flecha, pero son muy pocos los que se molestan en examinar su forma.



jueves, 1 de abril de 2010

La mirada subversiva de Sander

Recupero para los interesados un extracto que resume la visión evolucionista del alemán August Sander en 1929, en total oposición a la mentalidad nacionalista que imperará pocos años después. Hace referencia a su libro "Rostro del tiempo", que abre una senda que posteriormente seguirán autores como Walker Evans y Robert Frank:
"Había mucho de subversivo en "Rostro del tiempo", las personas quedan marcadas por la ideología concreta de su clase tanto como por su vida y su entorno. Los campesinos del principio del libro miran estoicamente a la cámara de Sander, casi como hipnotizados. Los de clase media, seguros de su valía, posan con más gracia y dominio. Otros, obreros urbanos, vuelven la cabeza con desconfianza, sin cooperar apenas, poco dispuestos a relajarse. Los artistas, los escritores y los arquitectos, plenamente integrados en la edad moderna, fijan su mirada serena en la cámara. Los campesinos pertenecen al pasado, los burgueses parecen también asociarse con el pasado mediante poses arcaicas. Los únicos que se muestran cómodos son un pintor, un compositor y un arquitecto. De este modo, Sander sugiere que la cumbre de la civilización se encuentra entre los intelectuales.